El niño judío que se convirtió en la mascota de las SS- Segunda Guerra mundial.
Alex Kurzem (nacido como Ilya Galperin, en Bielorrusia,
1936), hijo de padres judíos, se quedó huérfano a los 5 años de edad durante el
período de la Segunda Guerra Mundial. Los ejércitos alemanes entraron el 20 de
octubre de 1941 en su país, siendo su pueblo invadido huyó hacia los bosques, donde
estuvo vagando perdido una temporada, durante este tiempo los datos son poco
certeros. Se sabe que fue salvado de una muerte segura por el sargento letón
Jekabs Kulis perteneciente a las SS, mientras prisioneros eran alineados para
una ejecución éste se interesó en Kurzem, a quien proporcionó una identidad
falsa para esconder su ascendencia judía y su procedencia, facilitado por la
semejanza de sus rasgos con los arios. Así los soldados letones y alemanes lo
conocieron como un huérfano ruso.
En su estadia en los bosques Alex Kurzem Se mordía la mano
para no gritar, cuando oía voces cercanas, comía bayas y frutas que caía de los
árboles, sobrevivió pidiendo pan y limosnas de puerta en puerta en las aldeas
cercanas, aunque nadie quería hacerse cargo de él, y escalaba los árboles para
evitar el ataque de los lobos, vestía la ropa que le quitaba a los cadáveres de
los soldados que se encontraba. No sabía adónde iba a ir, y no podía regresar a
su aldea.
Pero en un mal momento Un soldado se acercó a él para examinarle
y comprobó que era judío (estaba circuncidado). Alex le dijo: 'Antes de
matarme, ¿me daría un trozo de pan?'. Por alguna misteriosa razón, aquel
soldado —Jekabs Kulis— decidió salvarle la vida. Les dijo a todos que Alex era
un huérfano ruso y le bautizaron como Uldis Kurzemnieks. Y así fue como los
soldados de las SS le convirtieron en su mascota, un soldado en miniatura con
uniforme e insignia.
Relato de Alex kurzem:
Me dieron un uniforme, un pequeño rifle y una pequeña
pistola», contó Kurzem. «Y me encargaban pequeñas tareas, como limpiar zapatos,
llevar agua o encender el fuego. Pero mi trabajo principal era entretener a los
soldados, hacer que se sintieran un poquito felices. Yo era como un
divertimento para ellos. Les hacía mucha gracia cuando saludaba con mi pequeño
uniforme.
El pequeño Alex presenció muchas atrocidades perpetradas por
las tropas nazis en el frente ruso. Vio cómo metían a un grupo de judíos en una
sinagoga y después les quemaban vivos. Le hicieron llevar flores a unas mujeres
para atraerlas al campamento, y después violarlas brutalmente mientras él se
escondía en un rincón. Los periódicos y documentales de la época se referían a
él como «el nazi más joven del Reich». «Yo era judío, sabía que no era mi
gente, pero ¿qué podía hacer? Sólo era un niño tratando de sobrevivir», dijo.
"Cada momento debía mantenerme fuerte y no dejarme
doblegar por mis emociones porque si alguien descubría mi identidad ciertamente
moriría. No tenía a nadie a quien recurrir." Desconfiaba hasta de su sombra.
Era una lucha diaria, pero afortunadamente parecía más alemán que ellos.
Los SS letones estaban convencidos de que era un huérfano
ruso de origen alemán, y fue por eso que merecí convertirme en la mascota del
batallón Nº 18, los soldados velaban por mí".
Al final, en 1944, cuando la guerra llegaba a su fin, le
enviaron a vivir con una familia lituana. Y, años más tarde, se fue a
Australia, donde se propuso enterrar para siempre esos recuerdos que le
atormentaban. A partir de ese momento se ganaba la vida reparando televisores.
Capítulos de guerra , no solo sucedieron estas anécdotas de vida , hasta los niños fueron actores de estas situaciones . Soldados nazis no eran tan ogros como los pintaban .
ResponderEliminarExactamente no todos eran tan ogros porque al menos este niño se pudo salvar gracias por leer
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