El amor lésbico que desafió al nazismo

Este día les traigo otra entrada interesante que leí por ahí con este son dos entradas las que he añadido al blog espero hayas leído mi otra publicación del día de hoy sin más dilación comencemos.

Para entender el contexto en que se dió esta historia de amor hay que saber que las mujeres de la Alemania nazi eran consideradas inferiores a los hombres, pasivas en materia sexual, y con el papel principal obviamente el de servir al tercer Reich como esposas y madres.

Eran muy pocas mujeres que se enfrentaron al machismo que era muy latente durante y después de la Segunda Guerra Mundial, dando rienda suelta a su sexualidad.

Hubo una gran diferencia entre gays y lesbianas durante este periodo nazi y es que mientras que a los hombres se les consideraba como una amenaza social o política, a las mujeres se les relegaba a su subordinación en el Estado alemán y en la sociedad. la ley alemana claramente prohibía los actos sexuales entre hombre, pero el tema de la homosexualidad femenina no se abordaba, por lo que con ese vacío legal se podía decir que no había ningún problema con el lesbianismo y hasta técnicamente era legal.

Ahora bien entremos de lleno en la historia de Lilly y Felice, para Lilly encontrar a Felice fue “el amor más tierno que puedes imaginar” un amor entre dos mujeres en plena Segunda Guerra Mundial que estuvo a punto de no ser.

Felice pertenecía a una familia alemana y judía, y trabajaba como periodista, habiendo falseado su apellido, para un diario nazi. Lilly estaba casada con un oficial nazi y tenía cuatro hijos. Ambas se conocieron en el café Berlín, un día en el que Lilly salió a tomar un café con su niñera Inge.

Lilly Wust

Felice era su amante a partir de entonces, acudía diariamente a recoger a Inge a casa de los Wust. Siempre la esperaba abajo. Hasta que llego el día en que Elisabeth la invito a que subiera, lo que fue creando, poco a poco, un mayor acercamiento.

La confusión inicial dio paso aún intercambio de besos furtivos, de confesiones amorosas de puño y letra, de postales color salmón salpicadas de sueños de un futuro juntas.

El 26 de junio de 1943 las dos mujeres deciden casarse. No en una boda como las parejas heterosexuales, porque eso era imposible sino mediante un contrato de matrimonio; su intensa historia de amor se truncó el 21 de agosto de 1944, cuando tras pasar un bonito día de verano en el río Havel, disfrutando del sol y de un largo paseo en bicicleta, se encontraron con la Gestapo en el salón de la casa.

Felice fue detenida y enviada al campo de Theresienstadt. La influencia de Lilly consiguió que se le permitiera mantener correspondencia, e incluso logró hacer llegar algo de ropa a su amante. Sin embargo, todos los esfuerzos por contactar físicamente con Felice resultaron infructuosos paradójicamente, la administración del campo que entregaba las cartas se negaba a confirmar que efectivamente Felice estuviera allí.

Desesperada, Lilly se terminó presentando en Theresienstadt para rogarle al oficial al mando que le dejara verla. Este se negó y la echó, según algunos historiadores, y como se temió la misma Lilly, que arrastró un sentimiento de culpa durante toda su vida ese frustrado intento llevo que a partir de ese momento Felice fuese trasladada continuamente de campo en campo, para evitar que fuera localizada.

Al final Felice murió en una de las muchas marchas de la muerte de tuberculosis marchas en las que obligaban a caminar a los prisioneros hasta que no pudieran más, mientras que Lilly Wust murió en el 2006 en Berlín, a los 92 años de edad. 

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