¿Un ejercito de juguete que engaño a los alemanes?

Aunque parezca increíble esto sucedió, y era la operación fortitude que fue la mayor operación de desinformación realizada durante la guerra, incluía varios planes secundarios, tanto así que los puntos de invasión parecían venir de cualquier lado, desde una invasión en noruega hasta un ataque en las playas de Calais en Francia todo para encubrir el verdadero ataque que era en las playas de Normandia, Francia.

Sin embargo cabe de mencionar que la operación estuvo a punto de no tener éxito ya que el mariscal de campo Erwin Rommel opinaba reforzar las defensas en el atlántico especialmente de las playas de normandia, sin embargo Hitler no opinaba lo mismo y mando varias tropas alemanas a noruega que se mantuvieron ahí hasta el final de la guerra, pero esto tenia sus razones ya que hitler temía que los aliados tomara noruega que era donde estaba un material vital, el hierro sueco, proveniente del puerto noruego de Narvik, para sostener los esfuerzos de la guerra. Aunque Rommel hizo todo lo que pudo para poder reforzar esas playas con mas fortificaciones, minas, y solicitud de divisiones Panzer entre otras cosas mas, estuvo claro que no fue suficiente para detener a los aliados.

Pero hablando mas a fondo de la operación estos ejércitos fantasmas montaron una verdadera máquina de simulación: sus miembros realizaron más de 20 actuaciones, a menudo operando muy cerca del campo de batalla. Sus tácticas fueron tan secretas, que sólo 50 años después de finalizada la guerra, en 1996, se supo de su existencia. Para llevar a cabo el engaño, la estrategia de camuflaje se dividía en tres aspectos: El engaño visual, el auditivo y el actoral.

En la estrategia visual, el Ejército Fantasma utilizaba tanques, aviones y artillería inflable o de madera, que de lejos o en la oscuridad de la noche parecían reales, El engaño auditivo consistía en emular con parlantes gigantes los fuertes ruidos que producían hombres y descargas de artillería, otro aspecto que se ocupaba el grupo eran las comunicaciones de radio a cargo de la Compañía Especial de Señal. Sus operarios creaban falsas redes de tráfico haciéndose pasar por operadores de radio de las unidades reales. Aprendieron a imitar el método de enviar mensajes en código Morse para que el enemigo nunca pudiera detectar la señal de radio real y a su operador.

Finalmente, se utilizaron efectos teatrales para complementar las simulaciones. Llamada por todos “Atmósfera”, esta farsa incluía la visita de actores disfrazados con las insignias de generales de alto rango a lugares donde era posible que los agentes del enemigo los vieran para simular que un gran ejército se encontraba cerca. A su vez, los camiones eran mandados en convoyes con solo dos soldados en la puerta trasera, para simular un camión repleto de infantería bajo la cubierta de lona. Además, los miembros de esta escurridiza Armada mezclaban algunos tanques reales con otros inflables para lograr, a distancia, un efecto más realista.

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