¿Piensan y sienten dolor las plantas? ¿Pero como?
No como hombre, desde luego; pero tienen modos de obrar y de responder a estímulos externos. Si uno se sienta, por casualidad, se sienta en una tachuela, se levantara en el acto de un salto, con la rapidez del rayo. Si sale de casa con un frió glacial, se se abrigara lo maximo posible. Y los mismo sucede con centenares de cosas mas, que el hombre hace a diario para no lastimarse o para sentirse cómodo. El hombre sabe perfectamente porque hace todas esas cosas..... lo sabe tan bien que en, muchos caso, casi no necesita pensar en ellas.
El gato y el perro saben también muchas de esas cosas, pero otras veces no tanto como el hombre, pero otras veces mas. Porque el hombre y el gato y el perro sienten y piensan. Tienen un sistema nervioso que los permite sentir, y un cerebro que les permite pensar. Muchas de las cosas que hacen se debe a que sienten y piensan, aunque las hayan hecho tan a menudo que ya no necesitan razonarlas. Pero hay muchas otras sobre las cuales tienen poco o ningún dominio. No pueden, por ejemplo, gobernar los latidos del corazón, la circulación de su sangre o la digestión de los alimentos.
En las plantas no hay cerebro ni sistema nervioso bien desarrollado: de modo que no pueden sentir ni pensar como el hombre y muchos animales. Y, sin embargo, hay plantas que pliegan sus hojas y quedan caídas apenas se las toca, y otras que atrapan un insecto y lo retienen en cautiverio, en forma mas experta aun cuando se atrapa a una mosca con la mano. En realidad, toda planta tiene sus maneras de hacer las cosas o de afronta o eludir el peligro. A menudo, el peligro es simplemente el exceso de calor o frió, de sequía o de viento. A veces puede ser otra cosa. En cualquier caso, las distintas plantas han logrado, centenares de maneras, formarse peculiaridades que les permiten escapar a esos peligros o protegerse de ellos. Pero cabe preguntarse como se forma las plantas todas esas peculiaridades si no pueden pensar, ni siquiera sentir? bueno a decir a verdad la genética humana y la herbácea no son tan diferentes como alguna vez pensamos.
Las plantas, al poseer raíces, no tienen la habilidad de escapar del mal clima o migrar en busca de comida y pareja. Durante su proceso evolutivo, tuvieron que desarrollar una gran sensibilidad y una serie de mecanismos complejos para poder sobrevivir en ambientes con cambios constantes. Ellas necesitan oler el peligro, ver donde está la comida y sentir el clima. Pero las plantas no huelen como nosotros los humanos, que somos sensibles a un químico disuelto en el aire.
Tal vez las plantas no sientan, a un nivel neurológico, lo que un humano puede asimilar en diferentes situaciones de su vida, pero es claro que las plantas perciben su entorno de manera muy parecida a la nuestra.
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